Durante
mucho tiempo nos han vendido la mentira de que imponer el catalán
cohesionaba la sociedad, ahora quieren
vendernos el separatismo diciendo que el que no cree en la
independencia es "un mal catalán". Otra vuelta de tuerca
para acomplejar y hacer callar al que piensa diferente.
Personas
que antes no se preocupaban de la política, ahora discuten en su
casa, en el trabajo y en el bar sobre si la independencia es buena o
nó y digo discuten porque es así, porque las discusiones y
desavenencias políticas con familiares, amigos y compañeros
empiezan a ser habituales, provocando una descohesión social
importantísima a que nos han abocado los independentistas de CiU,
ICV-EUiA y de ERC al querer obligar a las personas a escoger entre
españoles y catalanes o sólo catalanes.
Una
vez más son ellos los que provocan descohesión y frente a ella
seguimos diciendo que saldremos mejor unidos en España y en Europa.