21 de noviembre de 2007

El ciudadano roto - El divorcio de la sociedad con la política es ya una dura realidad

Que la sociedad y la política siguen caminos diferentes hace tiempo que se sabe: basta ver los altos niveles de abstención para medir el desencantos; pero la situación actual es diferente, se ha perdido la esperanza, la fe.

Hoy los usuarios de Cercanías dejan ver la cruda realidad: bajan del tren y suben al autocar con la cabeza baja, resignados y es que se sienten indefensos, abandonados, sin fuerzas, sin esperanza. No hay manifestaciones, ni gritos en las calles, ni SMS volando de móvil a móvil...quizás porque saben que la principal preocupación de los políticos tradicionales es buscar de qué pueden culpar a los demás para ganar las próximas elecciones.

Cercanías... la Sentencia del 11-M... el “reparto” del Tribunal Constitucional... no son armas arrojadizas, son serios problemas que afectan a la credibilidad del País entero y deberían tratarse como tales, pero los políticos sólo ven su propio ombligo, carecen de altura de miras, ignoran lo que es el Sentido de Estado y se dedican a perpetuarse en el poder a base de decir que los demás tienen la culpa de todo.

Pues bien, el sufrido ciudadano ya no puede más, es como una goma elástica estirada al máximo: un pequeño tirón más la rompería.

Afortunadamente en democracia tenemos una gran fuerza: el voto. Usémoslo. Busquemos información real, valoremos a cada uno por sus hechos, y votemos en consecuencia.
Recordemos que “cada pueblo tiene el gobierno que se merece”

Miguel-Angel Ibáñez Giner