23 de septiembre de 2007

AEROPUERTO: PROBLEMA SOLUCIONADO ("El Mirall del Baix Llobregat" 23/09/07)

Desde la ampliación del aeropuerto de El Prat, los vecinos de Gavà y Castelldefels vemos peligrar nuestra calidad de vida por los ruidos y la contaminación de los aviones. Dado que vivo en Gavà-Mar es un tema que siempre he seguido de cerca por lo que pueden imaginarse mi satisfacción cuando en una Comisión del Ayto. de Gavà se informaba que se mantendría la configuración de pistas menos molesta. Pero como dice el refrán la alegría dura poco en casa del pobre: 24 horas después los aviones sobrevolaban mi casa hasta bien pasada la medianoche. Allí tumbado en la cama sin poder dormir por el ruido, estaba nervioso esperando el siguiente avión mientras reflexionaba en que alguien cambiando la configuración de las pistas nos daba o nos quitaba los aviones. Metido en estas cavilaciones de quién jugaba en el aeropuerto a ser nuestro Dios del Ruido, tuve una revelación, vi la luz y de forma clara y definitiva supe que había una solución rápida, eficaz y económica a este problema.

Basta con que el Sr. Montilla venga a vivir a Gavà-Mar. Sí han oído bien, es tan sencillo como eso; ya sé que las viviendas no son baratas, pero comparado con la construcción de pistas, terminales, desplazamiento de autovías, etc... el coste es bajo, es más si “no hay presupuesto” se puede proponer una colecta popular.
¿Porqué involucro a nuestro President en esto? Muy sencillo durante la “Festa de la Rosa” del pasado 15/09/2007 solamente pasó un avión a las 15h45’ y otro a las 19h45’...pero es que si hablamos de los años anteriores el resultado es el mismo: ese día no se cambia la configuración de pistas y en “El Baix” vivimos sin ruido de aviones.

Que no se confunda nadie: no estoy diciendo que los aviones no pasan porque alguien haya avisado de que este Señor esté en Gavà-Mar, lo que digo es que cuando está se dan siempre las condiciones para poder aplicar rigurosamente la configuración menos molesta.

Sirvan estas líneas para expresar mi pesar por la falta de voluntad política para ocuparse y solucionar los problemas reales de los ciudadanos.

Miguel-Angel Ibáñez Giner