4 de septiembre de 2016

Vergüenza ajena


Tras las elecciones del 20 de diciembre del 2015 Ciudadanos C’s fue capaz, desde la centralidad, de atraer al PSOE de Pedro Sánchez, a la sazón designado por el Rey para formar gobierno, con quien suscribió un pacto de 150 puntos para mejorar nuestra democracia y nuestro sistema social; El PP con Mariano Rajoy al frente impidió esa posibilidad.

Después de las nuevas elecciones del 26 de junio de este año y tras el encargo del Rey a Mariano Rajoy para intentar formar gobierno, nuevamente Ciudadanos con Albert Rivera al frente, consiguió, sin renunciar a su centralidad, un acuerdo de 100 puntos con el PP para reformar actualizar y mejorar la calidad democrática y para incrementar la labor social del gobierno central, así como para plantear y cerrar el sistema autonómico en un momento muy especialmente delicado; en esta ocasión fue el PSOE de Pedro Sánchez quien fausto el intento de creación de gobierno, a pesar de que eran dos terceras partes de los acuerdos aceptados pocas semanas antes por el PSOE.


Pienso sinceramente que los egoísmos personalistas y de Partido hacen que tanto Mariano Rajoy como Pedro Sánchez jueguen a seguir haciendo elecciones hasta que salga lo que ellos quieren, es decir imitan a los nacionalistas-separatistas cuya máxima es convocar elecciones unas tras otras hasta que salga el resultado que ellos quieren para entonces decir que esa votación es la buena y que no hay que votar más... Y eso me provoca vergüenza ajena.

Desde Ciudadanos entendemos la política como un servicio al conjunto del País y de sus habitantes, no como un servicio al Partido para conseguir el máximo de Poder;
Habrá quien diga que somos nuevos en política y que no tenemos experiencia en temas de gobierno, pero a ellos quiero decirles que lo que no tenemos es la piel gruesa para permanecer indiferentes cuando se ocasionan perjuicios al conjunto de la sociedad por puro egoísmo personal o de partido, y por eso hoy que planea sobre los españoles el fantasma de unas terceras elecciones que se celebrarían un año después de la primera cita electoral siento lo que ellos son incapaces de sentir: Vergüenza, y concretamente Vergüenza Ajena.